Lleva unas gafas que solo pueden quedarle bien a ella. En el quinto y definitivo partido, los 76ers clavaron la puntilla a unos Celtics agonizantes, batiéndoles 140-116. Chamberlain, que había ganado la batalla personal ante Russell, frenó las celebraciones con champán en el vestuario diciendo a sus compañeros que la victoria sobre Boston solo importaría si ganaban el campeonato. Y está Jorge, que deja veinte euros de propina cuando paga la cena como si fuera lo más normal del mundo.
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